Por Guillermo Liñares.
Jesús Alejandro Lezama, el fanático número uno de los Leones del Caracas, falleció este jueves a los 104 años de edad en Caracas después de permanecer hospitalizado por presentar una trombosis en una de sus piernas.
El popular «Chivita» o «Corneta» era reconocido como uno de los personajes más icónicos del beisbol profesional venezolano tras ser durante más de 70 años un asiduo seguidor de los Leones.
Nació el 9 de febrero de 1919 en Delta Amacuro y desde los 30 años jamás perdió el seguimiento por los peloteros que portaban el uniforme a rayas. Fue amor a primera vista y así se mantuvo desde que Venezuela logró el campeonato mundial amateur en La Habana, Cuba en 1941.
Lezama vivió los 21 títulos de los melenudos desde los tiempos en que eran Cervecería, y estuvo presente también en el último gallardete obtenido este enero pasado ante los Tiburones de La Guaira.
Su pasión por la LVBP y por la pelota venezolana se remonta a los años donde comenzaba todo, desde que los Leones por aquel año jugaban en el estadio San Agustín.
Décadas de historia en las que él fue testigo excepcional. Conversar con él era llenarse de anécdotas. Una tarea obligada para todo caraquista y seguidores de los demás equipos.
Una vida viendo pelota: Lezama vivió lo mejor de los Leones del Caracas…y también lo peor
Lezama vio brillar a grandes figuras del beisbol criollo como Víctor Davallillo, Antonio Armas, Baudilio Díaz, Gonzalo Márquez, Andrés Galarraga, Omar Vizquel, Bob Abreu, Jesús Guzmán o Franklin Gutiérrez. Los vio crecer y convertirse en estrellas, a todos.
Así como pudo disfrutar de las grandes conquistas de su equipo, también permaneció ahí, leal y entregado, en los momento duros, en las temporadas donde el Caracas no lograba clasificar o permanecía durante mucho tiempo sin ser campeón. Siempre fue un fanático de verdad.
El respeto y la admiración por su entrega y amor por la pelota se manifestó también en la campaña 2019/2020 cuando la Liga lo homenajeó con el nombre del campeonato en aquella edición.
O como en la ceremonia de premiación de la campaña 2021-2022, cuando Numeritos Gerencia Deportiva le entregó una placa por su fidelidad y pasión por el deporte de los diamantes, junto a su amigo e ídolo Víctor Davallillo.
Su pasión y su tenacidad jamás fue puesta en duda. Siempre acudió al estadio Universitario con su gran manopla con la bandera de Venezuela en la punta de la misma, así como su camisa con el número que le correspondiese, dependiendo de la edad que en ese momento tuviese mientras se entonaban las notas del himno nacional.
En definitiva, se va un hombre que dedicó su vida al béisbol y a los Leones del Caracas. Dios le regaló la posibilidad de ver el último título de los selváticos y estar presente en la Serie del Caribe Gran Caracas 2023, donde tampoco se perdió las incidencias de su eterno amor.
«No hay nada como los Leones del Caracas. Somos el mejor equipo de Venezuela» dijo en el terreno de la UCV cuando celebraba el último campeonato.
Así como no nay nadie como él, el mejor fanático que existió en nuestro pasatiempo número uno.
Descansa en paz, Chivita.