Por Miguel Santana – @santanadeportes
Nada es más perfecto que la precisión del destino y en la vida de Iván Guerra, todo ha estado atado a una tensa calma, pero en el amor y en la lucha por conquistar sueños todo se vale, motivo por el cual jamás ha desistido en su intención de brillar en el lugar donde más ama estar, un sitio de nombre Venezuela. Caraqueño de nacimiento, anhela recorrer las montañas de El Ávila como en el 2000, siendo un niño perseguidor de metas con camiseta blanca.
Como entrenador de fútbol, ha hecho una carrera reconocida en la tierra del canal, pero quiere tomar el control para cambiar de sitio, entendiendo que la mejor programación es aquella que sale desde su capacidad para reinventarse. Es un amante de la planificación, por lo que todo, hecho con tiempo, le resulta más fácil.
“He tenido un 2024 lleno de muchas cosas positivas, siendo asistente de Ángel Sánchez, un extraordinario profesional y de quien he aprendido cosas buenas. Tengo la opción de renovar, solo que quiero pensar todo desde la calma que nos hace tomar decisiones correctas. Veremos qué pasa”, expresó.
Deportivo Universitario, escuadra a la cual pertenece, alcanzó 23 puntos en la ronda regular, avanzando así hacia la siguiente instancia, y siendo eliminados por apenas marcador de -1 versus Árabe Unido. Los números dan para pensar en algo grande.
“Mi gran meta es dirigir en Venezuela y siento que algún día eso se dará, porque llevo años demostrando fuera del país que no existen imposibles. Como venezolano, lo que más deseo es estar cerca de mis raíces”, aseveró.
Guerra quiere ganar una batalla, y su lucha es ante sí mismo, porque todos los días trabajar para sumar un nuevo argumento en el repertorio de los que luchan sin rendirse. Es el tal Iván que algunos ven en las redes, un tipo auténtico y metódico.
