Por Guillermo Liñares.
El ex pelotero venezolano Andrés Galarraga fue noticia en toda Venezuela hace 23 años. El «Gran Gato» volvió a jugar beisbol después de perderse toda la temporada 1999 por un cáncer que se le diagnosticó en 1998.
Un Linfoma No Hodgkin puso al país en vilo por la salud del Big Cat, pero su resiliencia y su lucha fue superior a los malos presagios y pudo derrotar a la enfermedad para volver a jugar pelota por todo lo alto.
Un 3 de abril del 2000 no sólo regresaba a jugar, sino que en el séptimo inning de un juego entre los Bravos de Atlanta y los Rockies de Colorado, disparó un jonrón en el séptimo inning que desató la locura en el estadio de Georgia.
Un regreso inolvidable para Andrés
Su víctima fue Pedro Astacio, y por lo general cada 3 de abril se recuerda que Galarraga volvió por todo lo alto a la escena del mejor beisbol del mundo.
Siempre ha manifestado su creencia en Dios, tanto así que al momento de que le anuncian la mala noticia, jamás bajó la guardia. Nunca dejó de luchar.
Antes de aquel emblemático día también pudo regresar ante la fanaticada venezolana, ya que el 17 de marzo de ese mismo año y como parte de un juego de Spring Training, jugó en el estadio Universitario ante 24.500 personas que se reunieron para verlo ante los Rays de Tampa Bay.
Andrés Galarraga se retiró con 399 jonrones y 2.333 hits de por vida. Pudo redondear más guarismos pero se fue siendo uno de los peloteros venezolanos más queridos por todos.
Por su talento en los diamantes. Y por su lucha incansable.