domingo, octubre 6, 2024
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El café que muele la Liga

 

Tostado de alegría, porque uno se cura, y él está curado en salud cuando le hablan de dificultades. La primera fue haber perdido a su padre siendo demasiado joven y la segunda, cargar con la pesada losa del ilustre apellido Martínez, que en La Guaira significa pelotero de altísimo nivel. Le costó en demasía convertirse en lo que hoy es, el Jugador Más Valioso de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP), y en su rol de pelotero plusmarquista, entiende que su carrera debe disfrutarse hasta el último segundo. En la cueva de los Tigres hay un bengalí costeño, con capacidad para batear en la selva y navegar en los mares del éxito cada vez que en el plato dice presente. “Cafecito” muele el campeonato nacional.

El olor a campeón emana de su ser al primer contacto. Su altura lo dice todo, pero más altura demuestra en sus conductas de tipo caballeroso. José Alberto es tan competitivo como entendedor del juego, pues luego de una zafra llena de grandes éxitos individuales, el novato que en su corazón habita se hace notar cuando toma cada inicio como si se tratase de su primera vez. Entregarse al máximo es su premisa fundamental y aunque actúa desde el sentido común, no con tanta frecuencia se ve a alguien comprender a cabalidad qué función ejerce.

“Si te rindes, entonces no tendrá sentido todo lo que hiciste por llegar al sitio donde deseas estar. No conozco caminos fáciles y los que están, te llevan a finales que no son los mejores”, aseveró. Esas son las enseñanzas que transmite al entorno, con el liderazgo de un tipo que ha vivido desde el resultado de la experiencia ajena y en función del camino atravesado. Superar el .346 de promedio, estar por encima de las 48 carreras impulsadas, lograr más que 9 jonrones, 13 dobles, 33 boletos y .941 de OPS, es la tarea del marítimo felino.

 

“En esta carrera, uno nunca puede regalar nada y mi consejo para los más jóvenes es que siempre den el 100%, con disciplina, actitud y sabiendo que nada es eterno. El béisbol es un hermoso deporte, pero debe ser tomado como una carrera desde el primer momento y ser constante es clave”, agregó.

Esa misma sabiduría es la que le ha hecho recorrer al mundo y recordar en pocos segundos lo que representa tocar las estrellas haciendo aquello que desde el corazón amas. Ha superado muchas barreras, como la de los 500 indiscutibles de por vida, superando a quien la vida le dio; sumémosle a eso una distinción familiar: ser la primera pareja padre e hijo que superan los 30 cuadrangulares de por vida en la pelota venezolana. No es poca cosa lo hecho y el valor toma forma en un abrazo de la tierra al cielo.

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