Por Miguel Santana – @santanadeportes | Para confeccionar un equipo ganador es necesario partir desde una mente maestra y en los pensamientos de Daniel se esconden estrategias que conducen al éxito. Blanco quiere que su dardo de en el punto exacto, por lo que debe tomar decisiones correctas y mostrar que, en el oriente venezolano, se puede hacer historia. Es un entrenador joven, apoyado en tendencias innovadoras y va en la permanente búsqueda de argumentos que lo impulsen a crecer como persona y profesional. Julio del año en curso será un mes inolvidable en la memoria del capitalino, quien fungió como miembro del cuerpo técnico de la Selección de Panamá que ganó medalla de plata en la Copa Oro de la CONCACAF, finalizando por delante de Costa Rica, Martinica y El Salvador en Fase de Grupos, y dejando en el camino nada menos que a la organizadora del Mundial 2022, Qatar y al local, Estados Unidos. Aquella noche, en el SoFi Stadium de Los Ángeles, escenificó un sueño alcanzado.
Un tipo con pensamiento universal, que ha forjado su carácter a base de experiencias vividas en diferentes latitudes, sabe que en la Liga FUTVE encontrará un reto cuyo tamaño se dimensiona con lo que siempre quiso. Es técnico de Monagas, equipo que en los últimos años ha competido entre los primeros lugares y que apenas en 2017, bordó una inolvidable estrella. Sus capacidades se potencian con la sabiduría de Rafael Castellín y tienen en “Buda” Torrealba un aliado fundamental. Son dos pesos pesados de un ataque recordado y un joven intelectual de verbo correcto, quien está preparado pensando en demostrar su valía.
“Hace ocho años me fui de Venezuela con la intención de conquistar nuevos horizontes y algún día volver. En el exterior las cosas se fueron dando y siempre supe que en algún momento tendría la posibilidad de afrontar un gran reto en mi país, hasta que finalmente llegó. Panamá es una tierra especial para mí, porque ahí tuve mis primeras grandes experiencias, además de formar parte de un seleccionado nacional cuyo escudo llevo en el corazón por todo lo que pude aprender. Llegó la hora de crecer en mi tierra”, dijo el caraqueño.
Para Blanco, llegar a Monagas significa una oportunidad de trascendencia sin igual, porque el fútbol venezolano es un campeonato en el que impera la experiencia, pero los valores de nuevo cuño han ganado protagonismo en lo que a confeccionar planteles se refiere. No ha parado de trabajar ni un solo día, atento a cada detalle.
“Tenemos los objetivos claros y queremos competir de buena forma. Esta institución ha crecido mucho y tiene mucho talento en sus divisiones formativas. Tenemos tres jugadores nacidos en el 2008 formando parte del primer equipo, entrenando en la pretemporada y muy ilusionados”, aseveró.
La idea que desea plasmar en cancha está vinculada al buen trato del balón, al sostenimiento con sentido de la esférica, dejando a un lado la esterilidad de juego, logrando así que los interpretes sepan cuándo deben romper líneas, apelar a la distinción de un talento innato, encontrar espacios y generar con profundidad. Haber estado cerca de Thomas Christiansen y exhibir un notable desempeño como entrenador de Potros del Este durante cuatro temporadas, denota que en él se puede enaltecer un término poco abundante en el fútbol actual, estabilidad. Tal vez no sea tan reconocido en la tierra vinotinto, pero sin lugar a dudas, dará para hablar.
“Estoy bien rodeado, porque tener al lado a ‘Buda’ Torrealba, un tipo con grandes códigos, respetuoso y profundamente trabajador; y contar con la experiencia, el liderazgo y experiencia de ‘Castelo’ (Rafael Castellín) es de gran ayuda. Con ambos, tuve el placer de compartir cuando jugaba”, aseveró.
Cumpliendo tan solo 29 años, Daniel tomó la decisión de dirigir clubes profesionales e inició así un sendero que marcó la razón de sus grandes motivos. En tiempos recientes, estuvo capacitándose con Independiente de Medellín y viajó a España, para agregar más conocimientos a su haber. Es un hombre con hambre de gloria.
“Me considero un soñador, pero también una persona que trabaja duro para cumplir cada deseo trazado. Asumir esta responsabilidad significa algo grande, así que daremos lo mejor para estar a la altura y darles las mayores alegrías que podamos a una afición que ha demostrado ser muy fiel”, concluyó.
Y es así como el calor monaguense se abraza a la pasión de un talento emergente para algunos, pero diferente ante las voces de quienes este negocio conocen. Falta poco más de un mes para iniciar el campeonato y cada hora que transcurre lo acerca más al debut, donde convergen las emociones de un luchador que cruzó sus fronteras en búsqueda de nuevos aires y que ha regresado respirando recuerdos.
